Dios existe. Yo me lo encontré.

Un viaje transformador se revela en las páginas de este relato, donde la vida de un joven se ve marcada por un encuentro inesperado que desafía su concepción de la realidad. A los veinte años, el protagonista, criado en un entorno decidido y absoluto en su rechazo a todo lo que atañe a lo divino, se encuentra, casi por casualidad, dentro de una capilla en París. Este episodio, que podría parecer banal, se transforma en un momento crucial, cuando una percepción renovadora ilumina su existencia. La narrativa ofrece una profunda exploración de la búsqueda personal, el cuestionamiento de creencias arraigadas y el significado de la fe en la vida moderna. A través de reflexiones sinceras, el autor comparte su experiencia de redescubrimiento espiritual, aseverando que la verdad puede surgir en las circunstancias más inesperadas. Este relato, que ha sido reconocido con el Gran Premio de la literatura católica francesa, se distingue no solo por su impacto emocional, sino también por su capacidad de resonar con aquellos que han transitado por momentos de duda y transformación. A medida que se despliega la trama, queda claro que la búsqueda de respuestas puede llevar a iluminaciones que cambian la vida, lo que convierte este relato en una obra clásica del género autobiográfico, destacando el valor de la fe y la reflexión sobre el sentido de la existencia.