Hoy no juegas

En un entorno infantil, la dinámica del juego y la convivencia se ve alterada por la llegada de una nueva niña que rápidamente se convierte en el centro de atención. Esta pequeña figura, Emma, no solo destaca por su presencia, sino por un comportamiento que escapa a las normas de amistad y respeto. Con una actitud dominante, Emma impone su control sobre los demás, tomando decisiones unilaterales que afectan la vida cotidiana de sus compañeros. Su influencia transforma momentos de alegría y compañerismo en situaciones de tensión y descontento, ya que se adueña del tiempo de juego y el espacio que antes pertenecía a todos. La situación escala cuando comienza a despojar a sus compañeros de su almuerzo, convirtiendo la hora de comer en un ejercicio de desapoderamiento que causa malestar. Este relato invita a explorar las dinámicas de poder, la empatía, y las consecuencias de la exclusión, reflejando cómo las acciones de un solo individuo pueden repercutir profundamente en un grupo. A medida que avanza la historia, se plantea la necesidad de encontrar un equilibrio, promoviendo el entendimiento y la solidaridad entre los más jóvenes, mostrando que el verdadero juego incluye a todos y que cada voz cuenta en la creación de un ambiente saludable y justo.