Yo no soy de nadie

La historia se centra en Alba, una mujer que ha enfrentado una infancia llena de dificultades, lo que ha moldeado su percepción del amor y las relaciones personales. Ha decidido no entregarse a nadie, llevando una vida que prioriza su independencia sobre cualquier vínculo emocional. Su floristería y el círculo de amigas son lo único que necesita para sentirse completa, manteniendo las relaciones superficiales en un nivel de ligue ocasional. Por otro lado, Mario presenta un carácter fuerte y seguro de sí mismo, un individuo que parece tener todo bajo control, excepto cuando se trata de Alba. La conexión entre ambos es compleja y está marcada por una aversión mutua que solo sirve para intensificar la atracción subyacente. La dinámica entre la pelirroja y el seguro hombre se convierte en un campo de batalla emocional, donde la resistencia de Alba ante el compromiso se enfrenta a la necesidad de Mario de entenderla y acercarse a ella. A medida que sus caminos se cruzan, surge la pregunta de si podrán superar las barreras que han construido en torno a sí mismos. Esta tensión emocional se entrelaza con momentos de humor y creciente complicidad, obligándolos a replantearse sus posturas ante el amor y las relaciones. La exploración de sus personalidades revela que, a pesar de sus diferencias, hay algo en su conexión que no puede ser ignorado, lo que les lleva a vivir experiencias que desafían sus convicciones previas.